En marzo, el peso se depreció 14,83% respecto al mes inmediatamente anterior, culminando con un TRM de $4.064,81. Por su parte, el dólar spot cerró en $4.062, con una depreciación de 15,4%. Este resultado se explicó principalmente por una mayor aversión al riesgo global ante la expansión del coronavirus y la desaceleración del crecimiento mundial, luego de que se generarán medidas de contención generalizadas a nivel mundial tras el aumento de casos en Europa y América. Dentro de las medidas que se implementaron se encuentran el cese de actividades aéreas y cuarentenas, así como respuestas de política monetaria y fiscales para afrontar el virus y evadir una posible recesión mundial. De igual forma las cotizaciones a la baja del petróleo, tras conocerse el desacuerdo de Arabia Saudita y Rusia frente a continuidad de reducciones de la producción del petróleo, también impulsaron la depreciación del peso. Esta situación generó el fortalecimiento del dólar y una mayor demanda por activos refugio como los bonos soberanos de países desarrollados, generando fuertes desvalorizaciones en el mundo emergente.